domingo, 30 de junio de 2013

Mes de Junio, mes de cierres

En dos líneas: como todos los meses de junio muchas empresas viven días de mucho trabajo en sus departamentos de estructura, es el momento del cierre de la mitad del ejercicio y de afrontar la "ralentización" veraniega con una idea clara de cómo marcha la empresa. 


He trabajado en departamentos financieros y de control de gestión durante muchos años antes de convertirme en consultor de Business Intelligence y esta época del año era siempre la más dura y estresante del año, los cierres del mes de junio marcan la pauta del ejercicio.

Da igual el tamaño de la empresa, en unos casos, como me pasaba a mi en una multinacional norteamericana no sólo te enfrentabas a esa primera mitad del ejercicio español sino que tenías que preparar el cierre (o mejor dicho el precierre) del ejercicio completo de la matriz, pero en la PYME muchas veces el reto es ver si se puede afrontar el verano teniendo una idea muy clara de cómo van las cosas.

El problema para muchas empresas españolas (y si, también para alguna que otra multinacional) es que son semanas de mucho "corta y pega", consultas SQL y de revisar macros y fórmulas, siempre con una versión tras otra de las hojas de cálculo, mucho trabajo de recolectar y ordenar datos, pero poco o nada de analizar información.

Lo de conseguir un conocimiento profundo de lo que está pasando en la empresa, el famoso insight, es por lo general una utopía si el reporting de los cierres está hecho con hojas de cálculo.

Y es que la fórmula ERP+CRM (transaccionales) + muchas hojas de cálculo SIMPLEMENTE NO FUNCIONA.

O si funciona medianamente es a costa de machacar a los analistas y de quitarles su principal función, que es, ¡oh sorpresa!, analizar la información.

La triste realidad (sigo en contacto con muchos controllers y directores financieros, por no hablar de nuestros clientes) y yo mismo dejé de ser Director de Control de Gestión hace ahora 4 años, es que para el análisis no queda apenas tiempo, lo habitual es que sea tiempo nocturno con la oficina ya cerrada para la mayoría de profesionales.

Y a la mañana siguiente a discutir qué hojas de cálculo tienen la información correcta y cuáles no, cuáles cuadran y cuáles no, y podría seguir y seguir.


El esfuerzo y el estrés son cosas a las que uno se acostumbra, pero a la frustración de no poder afinar más en las causas de algunos problemas o en probar ciertas tendencias preocupantes, a mi por lo menos, nunca acabó de abandonarme.

Esa falta de análisis cuesta muchísimo dinero a las empresas: costes innecesarios, errores estratégicos, pérdida de los meses del verano para tomar decisiones de problemas que luego se acaban por localizar a finales de septiembre, etc....

Por no hablar del hecho de que buena para de las bases para la preparación del presupuesto, algo que suele comenzar en septiembre u octubre, puede partir de datos que no han sido lo suficientemente analizados.

De hecho, la principal razón por la que mi socio y yo mismo fundamos nuestra consultora de Business Intelligence fue esa frustración.

Porque hoy en día muchas veces nos decimos a nosotros mismos, ojalá hubiésemos tenido un buen Business Intelligence en nuestros tiempos y, en fechas como estas, el último día de junio, nos gustaría que no fuese esa minoría tan exigua de empresas españolas las que se salvase de esa tortura.

Y es que este trabajo tan "de temporada" no os parece que carece se sentido, el análisis es cosa casi de tiempo real si se aplica una tecnología que ya no es exclusiva de las grandes empresas, ¿os suenan los conceptos Open Source o SaaS?.

Entonces, ¿por que no se implanta del Business Intelligence?, me da que, como en otras áreas de la sociedad española, en la empresa la falta de transparencia es endémica.

Así nos va....



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